El estrés y la ansiedad se han convertido en enemigos silenciosos de nuestra salud emocional, aunque el ritmo acelerado de la vida cotidiana puede desencadenar estos malestares, la ciencia ya ofrece soluciones probadas, según expertos de Harvard Health Publishing, existen tres terapias eficaces que ayudan a calmar la mente, mejorar el ánimo y recuperar el bienestar. Pero antes de conocerlas, veamos qué sucede realmente en nuestro cerebro cuando la ansiedad toma control.
Terapia Cognitivo-Conductual (TCC)
La TCC es la opción más recomendada para tratar la ansiedad, se basa en la idea de que nuestros pensamientos influyen directamente en cómo nos sentimos y actuamos . El objetivo es detectar pensamientos negativos irracionales ("voy a fracasar"), reemplazarlos por alternativas más equilibradas y enfrentar paulatinamente las situaciones temidas. Estudios muestran que la TCC produce resultados visibles a corto plazo, y a largo plazo permite aplicar lo aprendido en la vida diaria .
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Terapia de exposición
Esta estrategia es clave cuando la ansiedad está relacionada con fobias o traumas, consiste en enfrentar, de forma gradual y controlada, aquello que provoca temor . Desde imaginar la situación hasta un enfrentamiento real (e incluso con realidad virtual), el objetivo es enseñar al cerebro que esos miedos no representan un peligro real. La evidencia muestra una eficacia del 60?%–80?% en trastornos como fobias, TOC, estrés postraumático y ansiedad social .
Psicoterapia orientada a la raíz (Insight therapy)
Cuando la ansiedad está arraigada en conflictos emocionales o traumas pasados, la psicoterapia centrada en el insight puede ser la respuesta . Este enfoque busca comprender el origen emocional del malestar, promoviendo un proceso de autoconocimiento que permite una sanación más profunda y duradera.