Lejos de los provocativos atuendos que marcaron su ascenso en los años 90, Pamela Anderson ha adoptado un estilo más sofisticado y minimalista, que resalta con elegancia su belleza natural a los 58 años. Su reciente aparición en las calles del SoHo, en Nueva York, no solo captó la atención de los transeúntes, sino que confirma que la actriz continúa reinventándose con una estética sobria y encantadora, ideal para las mujeres que buscan inspiración estilística en esta etapa de la vida.
El pasado 29 de julio, Pamela fue fotografiada caminando por el SoHo luciendo un vestido de gasa en color rosa pastel que, lejos de saturar, aportaba frescura y delicadeza a su imagen. El look fue complementado con gafas de sol blancas, medias a tono y tacones del mismo color, proyectando una imagen pulida y sofisticada, que remite más a una figura de la moda contemporánea que a la sex symbol de los noventa.
Te podría interesar
Un cambio de estilo
La evolución estilística de Pamela Anderson va más allá de lo visual: también representa una narrativa de autocuidado, madurez y resignificación del cuerpo. Su carrera comenzó en Playboy, donde se convirtió en la modelo con más portadas en la historia de la revista, lo que cimentó una imagen hipersexualizada asociada al ideal de belleza de esa época. Posteriormente, su participación en la serie Baywatch reforzó ese perfil.
Durante décadas, su clóset estuvo lleno de prendas que acentuaban su figura: minifaldas, cuero, látex, tops cortos y escotes profundos. Hoy, en cambio, Pamela se inclina por tonalidades neutras, cortes limpios y piezas que le aportan una imagen más clásica sin renunciar a la sensualidad que siempre la ha caracterizado.