Gala Montes abrió su corazón en una entrevista con Yordi Rosado y habló de uno de los momentos más complicados que ha vivido. La actriz y cantante confesó que la presión estética ha estado presente en su vida desde que comenzó su carrera en la actuación y que esas exigencias marcaron de manera profunda su autoestima.
Desde muy joven, Gala enfrentó un constante escrutinio público sobre su físico y sobre si cumplía con las expectativas que productores y audiencias tenían de ella.
Me preguntan desde un inicio ‘¿Puedes bajar de peso para el proyecto?’ a lo cual yo dije que no porque para mí era un no negociable bajar o subir de peso, cualquiera de las dos cosas.
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Ese tipo de comentarios y exigencias fueron parte de su día a día en la industria, al punto de condicionar su forma de trabajar.
Yo desde muy chiquita hice muchas dietas, tú sabes que en el ambiente de la actuación a veces te obligan a tener un cierto peso para verte de cierta forma, siempre fue un conflicto para los productores mi cuerpo, por lo cual para no perder el trabajo hice muchas dietas que pasaron por encima de lo saludable y de mí misma, incluso llegué alguna vez a tomar anfetaminas para bajar de peso y eso pues me generó muchos traumas
Con el paso del tiempo esa presión se trasladó también al terreno deportivo, sobre todo cuando aceptó el reto de enfrentarse a Alana Flores en el evento Supernova Strikers. Ahí la situación se volvió aún más complicada por la desigualdad de condiciones.
Empezó a haber un conflicto porque a Alana le hicieron firmar un contrato y a mí me hicieron firmar otro, a lo cual yo le dije a Alana resolvámoslo tú y yo, pero comenzó a atacarme en redes sociales y yo decidí guardar silencio porque obviamente todo lo que digo o hago está súper satanizado.
La tensión llegó a su punto más alto durante el pesaje, cuando Gala decidió mostrarse tal cual y mandar un mensaje de rebeldía.
Decidí hacer un par de cosas que pues no sé si fueron lo correcto porque la gente lo tomó como una falta de respeto al deporte, pero pues yo no soy boxeadora, al final esta era una pelea de exhibición. Para mí fue un acto de rebeldía a la cultura pesocentrista de que una mujer no vale por lo que pesa
Señaló sobre el momento en el que se subió a la báscula mientras comía una rebanada de pizza. Ese gesto generó una enorme polémica y causó la molestia de muchos usuarios en redes sociales, quienes lo interpretaron como una burla al evento y a la disciplina del boxeo.
Hoy, aunque reconoce que no fue nada fácil atravesar esa experiencia, Gala aseguró que contar su verdad es una forma de liberar todo lo que la ha marcado y también un mensaje para quienes viven la misma presión que ella sintió tanto en los foros de televisión como en los escenarios y ahora en el ring.