Tim Burton volvió a conectar con su público mexicano en una Masterclass celebrada en el Panteón de Dolores, en Ciudad de México, en el marco de su experiencia inmersiva Tim Burton: El Laberinto, que abre este 26 de junio. Además de recorrer lugares como Tepoztlán y Xochimilco, el cineasta ofreció una charla donde compartió su proceso creativo, su vínculo emocional con los cementerios y el poder de la diferencia como motor artístico.
Muchos jóvenes se sienten fuera de lugar, pero eso es precisamente lo que los hace únicos.
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De los cementerios al storyboard
La elección del Panteón de Dolores no fue casual, para Burton, los cementerios representan un espacio creativo: “Ahí surgían ideas. Era emocionante y aterrador, pero también espiritual. Siempre fueron importantes para mí”.
El director de El joven manos de tijera y Beetlejuice habló sobre su cercanía emocional con los personajes marginados, especialmente los monstruos.
La gente les teme, pero para mí siempre fueron los más emocionales, los más incomprendidos.
Dibujo como terapia, cine como lenguaje
Desde pequeño, Burton encontró en el dibujo una vía de escape: “Nunca fui extrovertido. Dibujar era mi forma de hablar”. Ese impulso lo llevó a crear mundos completos, como El extraño mundo de Jack, que nació precisamente de un boceto.
Siempre llevo un cuaderno conmigo. Las ideas llegan solas, no me presiono.
Además, reconoció el papel de la cultura mexicana en su obra: “La Catrina y la manera en la que ustedes celebran la muerte me inspira muchísimo. Siempre me emociona volver a México”.
“Hay algo dentro de cada uno de nosotros”
La Masterclass cerró con una reflexión sobre el arte como forma de conexión, Tim Burton agradeció la posibilidad de inspirar a nuevas generaciones, así como en su momento alguien lo alentó a continuar. “Que alguien vea algo en ti y te impulse, y luego tú puedas hacer eso por alguien más… eso es hermoso”.
Uno de los momentos más conmovedores fue cuando una fan, parte del espectro autista, le regaló una muñeca hecha a mano y una calaverita literaria, él se levantó de su asiento, la abrazó y le agradeció personalmente.