A casi medio siglo del fenómeno televisivo creado por Roberto Gómez Bolaños, dos de sus personajes más entrañables, Quico y la Chilindrina, volvieron a coincidir en un sketch que apeló directamente a la nostalgia de generaciones enteras. Carlos Villagrán y María Antonieta de las Nieves se reencontraron frente a las cámaras en el programa Hoy Día, protagonizando un momento que, para muchos, representa un guiño a la historia emocional del entretenimiento mexicano.
El encuentro fue preparado como parte de una dinámica del programa matutino. De espaldas, sin verse inicialmente, ambos actores giraron para descubrirse frente a frente. La emoción fue evidente: un abrazo espontáneo selló el momento, incluso con Villagrán intentando alzar en brazos a su vieja compañera de escena. La escena culminó con un breve sketch que recreó la clásica dinámica infantil que los catapultó al corazón del público.
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En el guion improvisado, Quico y la Chilindrina disputaban una paleta, en un juego que evocó los típicos conflictos de la vecindad. Fue entonces cuando surgió una línea que muchos interpretaron como indirecta: “Le voy a decir a mi mamá… no, mejor a esa vieja no”, dijo Villagrán caracterizado como Quico. A lo que la Chilindrina respondió: “Ya no nos juntamos con ella”.
El nombre de Florinda Meza no fue mencionado, pero la referencia era clara. Villagrán remató: “Está cuidando al otro que no sé, ya… pero bueno”, y la Chilindrina añadió: “Al perrito ese que se llama Peluchín”.
La tensión entre ambos actores y Florinda Meza viene de lejos. En el caso de Villagrán, los conflictos iniciaron durante las grabaciones originales del Chavo del 8, cuando se rumoró una relación sentimental entre él y Meza, lo que afectó la dinámica profesional en el set. Posteriormente, las fricciones se agudizaron por decisiones de producción y diferencias con el propio Gómez Bolaños.
En el caso de María Antonieta de las Nieves, la ruptura con Meza se intensificó cuando denunció privilegios hacia la actriz que interpretó a Doña Florinda, pareja de Chespirito. El conflicto escaló a disputas legales por los derechos de los personajes, dejando una herida abierta que, hasta ahora, sigue latente.