ROMPE EN LLANTO

'Perdí el brillo': el desgarrador testimonio de Maribel Guardia sobre la pérdida de Julián | VIDEO

A más de dos años del fallecimiento de su hijo, la actriz habló con el corazón abierto sobre el impacto emocional y físico que vivió tras la tragedia

Maribel Guardia habla del duelo por su hijo.Créditos: IG @maribelguardia
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En un testimonio tan íntimo como conmovedor, Maribel Guardia abrió su corazón en el programa Netas Divinas para hablar, como nunca antes, sobre la muerte de su hijo Julián Figueroa.

A poco más de dos años de la tragedia que marcó su vida, la actriz costarricense compartió cómo el dolor la transformó “física y espiritualmente”, en un testimonio envuelto en lágrimas.

Cuando lo de mi hijo, yo me veía en el espejo y sentí que perdí el brillo de los ojos, yo le decía: 'hijo, no tienes vergüenza, te vas, me dejas sola y te llevas mi brillo'.

Me cayeron como 10 años encima. Pasas por muchas etapas con esto de la pérdida tan terrible que sientes como que un rayo te parte

Maribel también habló del impacto que tuvo esta pérdida en su sentido de vida, pues dijo que todo su trabajo y su vida la había dedicado para dárselo a Julián.

Yo nunca me imaginé perder un hijo, porque aparte todo lo que haces es por ellos. Yo me acuerdo que trabajaba pensando en que lo que tuviera era para dárselo a Julián

Sin embargo, entre el dolor también encontró luz, pues la actriz reveló que durante el novenario de su hijo experimentó una manifestación espiritual que jamás olvidará: 

 Cuando estaba en el rezo de Julián, lo recé por 9 días, me conecté completamente, me meto en un canal de luz brillante, increíble, lo vi con una luz, con una sonrisa y felicidad, como nunca lo había visto (...) no es un sentimiento que conozcamos los seres humanos, es más allá de la felicidad, paz, amor, euforia, plenitud

La también modelo y conductora, devota de la Virgen de Guadalupe, aseguró que su fe ha sido un pilar fundamental en su proceso de duelo, y que esa conexión con lo espiritual le dio fuerza para continuar y enfrentar abiertamente el dolor, la maternidad en el duelo, y de la esperanza que puede surgir incluso en las pérdidas más devastadoras.